¿Qué factores determinan que una lengua exportada de un país a otro evolucione tanto que se convierta en un nuevo idioma? Esta es la cuestión central en el debate abierto en Brasil y Portugal, dos países que ilustran cómo el idioma de una antigua potencia colonial, en este caso Portugal, puede transformarse y adquirir nuevas características en la nación que lo adopta. Es un fenómeno similar al que ocurrió con el español en América Latina.
Fernando Venâncio, lingüista portugués, aborda este tema en su libro «Assim nasceu uma língua» (Así nació una lengua), en el que se atreve a predecir cuándo podríamos empezar a referirnos al idioma de Brasil simplemente como «brasileño» en lugar de «portugués brasileño», según informa Executive Digest.
Aunque en Brasil ya se conoce esta controversia, Venâncio enfoca su atención en un asunto que genera controversia en Portugal: el origen de su idioma. El portugués es una lengua compartida que también tiene raíces en el antiguo Reino de Galicia, una región que abarcaba el norte de Galicia y parte del sur de lo que hoy es Portugal. Este idioma común cruzó el Atlántico y continuó evolucionando.
Venâncio señala que, para muchos portugueses, la idea de que un día su lengua pueda ser considerada extranjera es difícil de aceptar. Sin embargo, la realidad es que el portugués y el gallego, lengua cooficial en Galicia, tienen un origen común y no derivan del castellano medieval, sino que ambos forman parte de las lenguas romances.
De hecho, el monarca Alfonso X el Sabio utilizó el gallego-portugués como lengua culta en su corte y encargó la creación de las «Cantigas de Santa María», una obra literaria, musical y religiosa de gran relevancia en su tiempo, escrita en este idioma.
Respecto a cuándo podríamos hablar del «brasileño» como un idioma independiente, Venâncio afirma que el proceso de separación entre el portugués de Portugal y el de Brasil es irreversible. Estima que en las próximas dos décadas podríamos ver un mayor distanciamiento, aunque es difícil predecir con precisión cuándo ocurrirá. «No hay vuelta atrás», asegura y subraya que este tipo de evolución es natural en las lenguas, tal como sucedió con el latín.
El debate sobre la evolución del portugués brasileño hacia un idioma independiente es un tema fascinante que refleja la complejidad de los procesos lingüísticos y culturales. A medida que Brasil continúa desarrollando su identidad lingüística, será interesante observar cómo este proceso afecta tanto al país como a la comunidad lusófona en general. Lo que está claro es que las lenguas son entidades vivas, en constante cambio y que la evolución del portugués en Brasil es un testimonio de la capacidad de las lenguas para adaptarse y transformarse en respuesta a nuevas realidades.