El braille es un sistema de escritura táctil utilizado por personas ciegas o con discapacidad visual grave. Fue inventado por Louis Braille, un joven ciego francés que perdió la vista debido a un accidente con una lezna en la herrería de su padre, en 1824. El sistema se basa en un conjunto de caracteres consistente en combinaciones de puntos en relieve dispuestos en celdas táctiles.

 

El sistema braille goza de un reconocimiento internacional significativo y se ha convertido en un estándar crucial para la comunicación y la accesibilidad para las personas ciegas o con discapacidad visual en todo el mundo. La Unión Mundial de Ciegos (UMC) desempeña un papel esencial en establecer normativas y estándares internacionales para el braille y se asegura de que sea coherente y se pueda utilizar correctamente en diferentes países.

 

Aunque la esencia del braille se mantiene constante, presenta variaciones significativas según el idioma al que se adapta debido a la diversidad lingüística y las particularidades gramaticales de cada idioma, cosa que influye en las adaptaciones específicas que se aplican al sistema. Las lenguas tienen distintas estructuras gramaticales, alfabetos y conjuntos de caracteres, lo que significa que la adaptación del braille debe ajustarse para capturar esas particularidades. Por ejemplo, las letras acentuadas, las letras adicionales o los símbolos específicos de un idioma se incorporan en el braille correspondiente.

 

Cada celda braille tiene seis puntos dispuestos en dos columnas de tres puntos cada una. Estos puntos se organizan en dos columnas verticales de tres puntos cada una, lo que da lugar a un total de 63 combinaciones posibles. Al colocar los dedos sobre estas celdas táctiles, las personas ciegas pueden sentir la disposición de los puntos y, de esta manera, leer y escribir. Cada combinación de puntos representa una letra, número, símbolo o contracción específicos. Estas contracciones a menudo varían entre idiomas, ya que responden a las características fonéticas y gramaticales de cada lengua.

 

Cada alfabeto braille está diseñado para reflejar las letras, números y símbolos particulares de un idioma específico. Por ejemplo, el braille inglés utiliza un conjunto de 26 caracteres que corresponden al alfabeto inglés estándar, mientras que el braille francés incorpora modificaciones para acomodar las letras acentuadas del francés.

 

A diferencia de lo que habitualmente se piensa, el sistema braille no se limita únicamente al alfabeto latino (utilizado en inglés y francés), sino que ha sido adaptado para numerosos idiomas de todo el mundo. Por ejemplo, en el braille chino, se utilizan símbolos específicos para representar caracteres chinos individuales. Como el chino es un idioma logográfico, donde cada símbolo representa una palabra o morfema, el braille chino debe abordar esta característica única.

 

En braille, hay incluso variaciones entre países aunque el idioma sea el mismo debido a algunas adaptaciones se han hecho para reflejar las diferencias en la ortografía, la puntuación y otros aspectos específicos de la lengua en cada región. Por ejemplo, algunas diferencias entre el braille americano y británico, aunque los dos procedas del inglés, son: algunas letras y símbolos que pueden tener representaciones ligeramente diferentes, algunas contracciones que pueden ser específicas de un país y no usarse en el otro, abreviaturas y representaciones de palabras cortas que pueden diferir y puntuación a los que se incluye signos de puntuación, símbolos matemáticos y otros caracteres especiales.

 

La adaptabilidad del braille a diferentes idiomas demuestra su versatilidad y capacidad para representar la diversidad lingüística del mundo. La existencia de versiones específicas del braille para cada idioma facilita a las personas ciegas o con discapacidad visual el acceso a la información y la comunicación en sus respectivos contextos culturales y lingüísticos.