Dentro de todas los tipos de traducciones que realizamos en Interleng, la traducción de comics es una de las que más nos gustan. A priori parece que traducir un cómic no debe de ser muy difícil, hay muchas imágenes que nos dan contexto de lo que está ocurriendo, hay poca letra… sin embargo, nada más alejado de la realidad ya que la traducción de cómics requiere que el traductor se especialice en la materia. Entre otras cosas, se deben tener en cuenta las limitaciones de espacio, la relación entre la imagen y texto, los códigos extralingüísticos, la oralidad prefabricada, los elementos culturales o, incluso los tipos de cómics.

 

Una de las características más significativas que comparten los cómics, novelas gráficas, tiras cómicas… son los bocadillos o cuadros de texto en los que aparecen el texto. Lo que además de limitar muchísimo el espacio que puede ocupar el texto, también afecta al orden en el que aparece, ya que el espacio disponible para la narración viene determinado por el idioma original y es necesario respetar el espacio que el autor ha destinado al texto de la viñeta, tira o página para no excederlo.

 

A diferencia de otras traducciones escritas, el traductor de cómics debe tener en todo momento en cuenta cómo interactúa el texto que está trabajando con el resto de elementos que conforman el sentido de toda la historia que se está contando, como por ejemplo las imágenes. También hay que tener en cuenta que pueden aparecer onomatopeyas, algo también muy característico de los cómics, e insertos, el texto que aparece en los cómics en segundo plano fuera de los cuadros o bocadillos en algunas partes como por ejemplo en señales, libros o periódicos…

 

Un aspecto más a tener en cuenta cuando se trabaja en la traducción de un cómic es que el mensaje que se transmite tiene que ser en todo momento lo más parecido a un diálogo hablado posible. Por este motivo el traductor debe esforzarse en crear una oralidad fingida en la que se reproduzca el habla oral en sus diálogos y, si es necesario, debe hacer las modificaciones necesarias para que el texto resulte lo más natural posible y que al lector le resulten naturales y espontáneas.

 

También existen ciertos elementos culturales como frases hechas, referencias políticas, sátiras populares, ironías, humor relacionado con temas sociales… con los que el traductor debe tener mucho cuidado a la hora de hacer su trabajo por la complejidad de sus traducciones. A pesar de que también existen ciertos aspectos culturales no lingüísticos que también afectan a las traducciones, como por ejemplo, las traducciones de manga.

 

Cuando se comenzaron a exportar algunos títulos, además de traducirlos también se les añadía color y se invertía el formato para que se pudiesen leer a la manera occidental, cabe recordar que ellos los leen de derecha a izquierda, no obstante, esta práctica no fue muy popular y se optó por simplemente traducirlos.

 

Finalmente, el último aspecto a tener en cuanta es la tipología del cómic, porque existen de todo tipo, infantiles, de acción, policiacos, románticos, para adultos, de terror, históricos, educativos… y, por supuesto, cada uno tiene sus particularidades y el trabajo del traductor es saber trasladar el mensaje mientras se respeta el contexto.