Incluso el más mínimo detalle puede ser de extrema importancia en el lenguaje. En cualquier época, una palabra o incluso una letra puede cambiar completamente el significado y el contexto de una frase. Esto es precisamente lo que ocurrió con la famosa estatua de Moisés que realizó Miguel Ángel, que por culpa de un error en la traducción, lleva puestos un par de cuernos.

 

En esta obra, Moisés tiene un aspecto majestuoso y se encuentra sentado mientras sujeta una tabla de ley bajo un brazo y se rasca la barba con la otra mano. Sin embargo, el elemento más llamativo de esta escultura son los dos cuernos que sobresalen de su cabeza, durante años no todo el mundo sabía por qué se encontraban allí.

 

Miguel Ángel talló esta estatua de mármol para la tumba del Papa Julio II entre 1513 y 1515 y, todavía hoy, adorna la basílica de San Pietro in Vincoli, Roma.

 

Cuando el escultor empezó a esculpir las estatuas de Moisés, ya era un artista reconocido en Italia, en aquella época, Florencia era el centro del arte europeo y la cuna de los mejores pintores y escultores del continente europeo. En una competición muy reñida, Miguel Ángel ganó el encargo de crear la Piedad que ahora se encuentra en la Basílica de San Pedro y el David de la Catedral de Florencia.

Gracias a sus obras, Miguel Ángel se ganó la reputación de «hombre del Renacimiento» y atrajo la atención del Papa Julio II, por lo que pintó el techo de la Capilla Sixtina durante cuatro años.

 

Tras completar el techo de la capilla, Miguel Ángel dedicó cerca de dos años de su vida a esta obra.

 

El Moisés se considera una obra maestra del Renacimiento italiano ya que es una obra excepcional. También cabe destacar que fue una de las primeras estatuas esculpidas para el diseño de la tumba del Papa. Sin embargo, una vez terminada la escultura, muchos comenzaron a preguntarse por qué Miguel Ángel hizo a Moisés con cuernos, según el National Geographic, los expertos en arte renacentista explican que era habitual que algunos personajes de la Biblia se representaran así debido a la traducción de una palabra, incluso hasta el 1979 muchas personas llegaron a creer que Moisés tenía efectivamente cuernos.

 

Actualmente la frase que dio pie a este error es: «Y los hijos de Israel vieron entonces los rayos de luz que emanaban del rostro de Moisés» y así la podemos encontrar en la mayoría de las Biblias actuales después de que se corrigiese. Sin embargo, en la traducción de San Jerónimo, (patrón de los traductores) también conocido como Jerónimo de Estrasburgo, que fue quien se encargó de la traducción del Antiguo Testamento de la Biblia al latín, por el contrario, optó por traducir el texto como: «Y los hijos de Israel vieron entonces los cuernos que emanaban del rostro de Moisés».

 

Este error de interpretación se produjo porque las vocales no se escriben en hebreo, es por eso que a finales del siglo IV, cuando el sacerdote comenzó a traducir la Biblia del griego y el hebreo al latín, se equivocó en una palabra.

 

La confusión comenzó cuando el traductor se encontró con la palabra «KNR» en el Éxodo 34 y 35, que se puede interpretar tanto como «keren», es decir, radiante, luminoso, con rayos de luz, como «karan», que quiere decir cuernos. Durante la Edad Media, se creía que solo Jesús podía tener un rostro bañado en luz, de esta manera se optó por los cuernos como resultado a su escultura.