¿Sabías que el kawésqar es una lengua en peligro de extinción que solo lo hablan 8 personas en Groenlandia?

 

Se trata de una lengua muy amenazada ya que únicamente son capaces de hablarla unos pocos miembros de la vieja generación con fluidez. Desafortunadamente, la lengua corre el riesgo de desaparecer y por eso algunos lugareños trabajan para preservarlo mediante su documentación y su enseñanza a las generaciones más jóvenes. El pueblo kawésqar es una de las seis comunidades indígenas de Groenlandia que habla su propia lengua y representa solo el 0,6% de la población total.

 

Los antepasados de los kawésqar se desplazaron de un lugar a otro para encontrar la mejor tierra para sus culturas y, al igual que los demás pueblos nativos que poblaron las Américas hace miles de años, los kawésqar tenían su propia lengua que estaba profundamente marcada por su geografía. Esto explica, por ejemplo, por qué tenían 32 formas de decir «aquí».

 

La lengua kawésqar pertenece al grupo de dialectos del kalaallisut, que se habla en toda Groenlandia, que nace en el suroeste y desemboca en la costa noreste. Los habitantes del valle del río tienen vínculos estrechos con los inuit de la costa occidental y la isla central desde la época de la colonización nórdica. Los inuit y kawésqar tenían buena relación, solían viajar juntos, casarse… e incluso hace poco han formado una comunidad con los inuit de la península de Nuussuaq, en el sureste.

 

El nombre kawésqar probablemente deriva de la palabra inuit «kee», que significa «gente que se mueve de un lugar a otro». Sin embargo, el origen de la lengua, al igual que el de muchas otras lenguas indígenas, sigue sin estar claro y esto se debe en parte a que se considera una lengua «aislada» o «no clasificada». Es decir, que no forma parte de una familia lingüística ni está vinculada a ninguna otra lengua viva como, por ejemplo, el español, que procede del latín y es una de las lenguas románicas.

 

Al estar «aislado» es más difícil averiguar de dónde proceden sus palabras, su estructura y su gramática, aunque se cree que los kawésqar habitaron la Patagonia occidental hace unos 10.000 años. Los primeros indicios conocidos de su lengua son de entre 1688 y 1689 y fueron registrados por el aventurero francés Jean de la Guilbaudière.

 

Según el Museo Chileno de Arte Precolombino, en el siglo XIX su población alcanzaba los 4.000 individuos y la mayoría hablaba la lengua ancestral, sin embargo, a finales del siglo XIX su población se redujo drásticamente a 500 personas y luego a 150 en la década de 1920. En la actualidad, hay unos 250 kawésqar en la región de Magallanes, pero son monolingües y solo hablan español, no la lengua de sus antepasados.

 

Con el paso del tiempo y la llegada de colonos a esta zona del sur de Chile, la etnia ha sufrido una brutal transformación. No únicamente abandonaron su vida nómada y se instalaron en Puerto Edén, un pequeño pueblo situado al sur del golfo de Penas, sino que también dejaron su lengua en un segundo plano. Esto ocurrió porque el aprendizaje del español se convirtió en una necesidad para ellos y, poco a poco, se llegó al punto crítico de que actualmente solo ocho personas son capaces de hablar la lengua original. Cuatro de ellos son ancianos, tres de ellos nacieron en los años 60, la última generación que adquirió el idioma desde la infancia y solo hay uno que no forma parte de la etnia, Óscar Aguilera.

 

Según los expertos, una de las razones que explican una penetración tan fuerte del español entre los kawésqar es la comercialización de sus productos con los nuevos habitantes de la región. Por sus características morfológicas, el kawésqar es una lengua aglutinante (como el turco y otras) y polisintética, es decir, tiene «palabras, expresiones o frases» que no se pueden traducir al español con una sola palabra. Al parecer los chilotes los despreciaban y se reían de cómo hablaban, es por eso que dejaron de hablar en público reservando su lenga solo en casa.

 

El Estado chileno tampoco priorizó su rescate o supervivencia y, a día de hoy, no hay suficientes incentivos para revitalizar la lengua, no obstante, se están tomando ciertas medidas para preservar su lengua y actualmente se está haciendo un esfuerzo por documentarla y enseñar a hablarla a las generaciones más jóvenes que se esfuerzan por aprenderla pero, al ser una lengua tan diferente a nivel gramatical del español, es difícil.

 

El objetivo es que la lengua esté lo suficientemente viva y sana como para que las generaciones futuras la sigan utilizando. Además de la lengua, los kawésqar también intentan preservar su patrimonio cultural, como la ropa, la comida y la arquitectura tradicionales. Es un pueblo que intenta mantener sus estilo de vida tradicional, como la caza y la pesca, mientras mantiene viva su cultura a través de estas actividades.