Aunque ya no se usa en la ortografía del idioma español, es original de la escritura visigótica que se empleaba en Hispania entre el siglo VII y el XII.

 

La palabra proviene de «zedilla», abreviatura de «zeta». La cedilla era una «z» pequeña, también llamada “zeta con copete” y se colocaba debajo de la «c» para indicar que la letra correspondía al sonido de [ts]. Antiguamente, la podíamos encontrar en palabras como “cabeça”, “plaça” o “braço”.

 

Con el paso del tiempo, esta “c” fue aumentando de tamaño y la “z” pequeñita fue disminuyendo hasta que se redujo a un rabito, o virgulilla, justo debajo. C + z = Ç

 

 

El castellano abandonó el uso de la cedilla en el siglo XVIII con la quinta edición de la Ortografía de la lengua castellana y lo simplificó por la «z» o «c» antes de «e» e «i».

 

Actualmente, la cedilla se usa en portugués, catalán y francés para generar los sonidos antes de “a”, “o” y “u”. También está presente en los alfabetos de los idiomas albanés, azerí, ligur, tártaro, turco, turcomano, kurdo, zazaki, friulano y occitano.

 

Un dato curioso es que la palabra “Barça” es una de las más conocidas escritas con cedilla. Varios medios informativos, especialmente latinoamericanos, utilizan la palabra “Barsa”, con s, para referirse al club de fútbol Barcelona. Algunos otros escriben Barça, con ce con cedilla y hay quien prefiere escribir siempre Barcelona, y evitar así el diminutivo.

 

Y tú, ¿conocías la historia de la cedilla?